miércoles, 12 de diciembre de 2007

Pánico sin música

El viernes, como tantos otros jóvenes de la ciudad, a uno de nuestros compañeros, parte del staff de Estudio Urbano, le tocó vivir una escena escalofriante en el Personal Fest.

Desinteresado por la propuesta musical de la noche, pero ahí presente, decidió esperar un rato más antes de irse a dormir. La noche, al fin y al cabo, era plácida e invitaba a quedarse. Faltaba el último recital de la noche: el que iba a brindar el rapero Snoop Dog. Pero el inicio del show se demoraba, y nuestro compañero junto a su chica decidieron quedarse sentados bien al fondo, detrás de la multitud, aguardando que la música comenzara a sonar de una vez por todas. No se entendía bien qué problema había, no se brindaba información alguna al respecto. Y se percibía que la tensión y la impaciencia y el fastidio se expandían entre el público. Él y la chica que lo acompañaba, desconocedores del artista, sólo curiosos e improvisados invitados al festival, no formaban parte de esa atmósfera que se generalizaba, pero alcanzaban a percatarse de su existencia, que se propagaba por todo el ambiente.

Se distrajeron un segundo, y eso bastó para que el pánico se pusiera frente a sus narices. Sentados confortablemente, advirtieron bruscamente que una multitud aterrorizada se avalanzaba sobre ellos, corriendo a toda velocidad. Él nunca había visto y sentido el pánico, el horror, y si bien era ajeno a esos sentimientos en esos instantes, no podía salir de la perplejidad que le generaba ver cómo la masa de gente aterrada y enceguecida, huía desesperada, a los tropezones, cayéndose, perdiendo zapatillas o sandalias en su andar, en busca de su salvación, del escape, como si un monstruo asesino estuviera devorándose a las personas allá más adelante.

Luego todo se puso en calma. Y cinco minutos más tarde, otra multitud en pánico volvía a correr como si fuera la última vez que lo harían en sus vidas. Apenas iniciada esta segunda avalancha recargada de angustia y miedo, el rapero salió y comenzó a dar el show con casi dos horas de atraso.

La noche pasó. Pese a que preguntó, dominado por su curiosidad, nuestro compañero jamás pudo tener acceso siquiera a un rumor acerca de lo que había sucedido. Nadie supo contestarle por qué había corrido. Al otro día empezaron a conocerse, aunque no por medios de comunicación tradicionales, datos y testimonios de lo que pasó.

Lo que sucedió fue muy grave, y tan grave como eso resultó la insólita desinformación que brindaron los principales transmisores de información.

Nos llegó una cadena de links con relatos de personas que estuvieron ahí. Creemos importante darlos a conocer.

http://esteeselblogdedanielloque.blogspot.com/2007/12/desastre-en-el-personal-fest.html
http://anaufragar.blogspot.com/2007/12/operacin-masacre.html
http://eduardofabregat.blogspot.com/
http://josefinastown.blogspot.com/2007/12/personal-fest-da-1.html
http://www.soyloperdido.blogspot.com

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